LA SIMULTANEIDAD DE LO RADICALMENTE DISPAR

EXPOSICIÓN COLECTIVA 5º ANIVERSARIO

15.06.24 - 27.07.24

Querida lectora, querido lector, antes que nada me gustaría pedirle disculpas, pues en este texto se entremezclan cuestiones personales e ideas y conceptos más teóricos que conciernen a la exposición La simultaneidad de lo radicalmente dispar, con la que DiGallery celebra su quinto aniversario. Esta dualidad (como comprobará más adelante) no surge ni de la casualidad, ni de la vanidad.

 

Siendo mi única formación sobre arte contemporáneo un par de cursos de muy pocas horas (y bastante mediocres, por cierto), allá por 2015, tuve la suerte de intuir que para comprender el arte contemporáneo había que estar dentro del arte contemporáneo. Puede que esta intuición estuviera motivada por cierta inocencia o por el complejo de querer dedicarme a esto sin haber estudiado la carrera de Historia del Arte (ni ninguna otra formación relacionada). Lo cierto es que pensé (tampoco tenía la certeza) que la Historia del Arte, por su propia naturaleza, abarca lo que ha ocurrido, no lo que ocurre. Por lo que, sin ser muy inteligente, entendí que la única manera de conocer realmente el arte contemporáneo, era estar presente en él. Y es así como, de una forma totalmente ingenua, me dispuse a mandar una serie de mails a diferentes galerías de Sevilla (ciudad en la que quería vivir por aquel entonces) expresando mi enorme voluntad de trabajar, sin importar demasiado las condiciones, en una galería. Por suerte, uno de estos mails en los que decía que no me importaba trabajar de comercial, dependiente, limpiador o de mantenimiento (he recuperado dicho mail con cierto rubor) llegó a Juan Cruz cuando dirigía un proyecto anterior a DiGallery. Juan me dio la oportunidad de, por fin, estar dentro del arte contemporáneo (cuánto tengo que agradecerte, amigo). Tres años después, en abril de 2019 se inaugura DiGallery con Altares y Escenarios, exposición que tuve el honor de comisariar. Ocho años después de aquel mail y cinco de aquella inauguración, DiGallery cumple su quinto aniversario y lo celebra con La simultaneidad de lo radicalmente dispar, una exposición colectiva en la que participan 34 artistas. Y yo, escribiendo este texto, sigo estando presente en el arte contemporáneo.

Vista de la sala. Aparecen en la imagen obra de Irene Molina, Rosa Aguilar, Rubén Guerrero, Sofía González, Seleka, Mariajosé Gallardo, Amaya Suberviola, Narowe y María Medem.

El título de esta exposición alude a la idea del teórico alemán Peter Bürger (Hamburgo, 1936- Berlín, 2017), quien atribuía a las vanguardias artísticas del siglo XX la ruptura de “la sucesión histórica de técnicas y estilos” para conformarse en “una simultaneidad de lo radicalmente dispar”.

 

Pero, ¿es cierto que el arte hasta entonces se conformaba a través de una consecución y evolución lógica y ordenada de cuestiones técnicas, formales y teóricas o es el reflejo ilusorio mediante el que miramos el arte a través de la Historia del Arte? Es difícil responder esta pregunta, pues la Historia del Arte entraña tres dilemas o paradojas insalvables.

 

El primero es que, intentando esclarecer un relato que nos permita comprender de una forma lógica y sencilla cual ha sido la evolución del arte a través de los tiempos, se discriminan otros relatos posibles (quizás más complejos y/o menos lógicos, pero la realidad no tiene porqué ser sencilla y lógica).

 

El segundo dilema es que la Historia del Arte siempre conforma un relato a posteriori, por lo que dicho relato siempre estará vinculado al tiempo y contexto del que surge.

 

El tercero es que la Historia del Arte acaba reemplazando al propio arte como objeto de estudio, por lo que es frecuente que si queremos estudiar la obra de Velázquez (por ejemplo), no estudiamos la obra de Velázquez en sí, sino los diferentes relatos sobre la obra de Velázquez.

 

Dicho esto, es muy probable que en cada época histórica haya ocurrido (en mayor o menor medida) una simultaneidad de lo dispar, pero que a través de la Historia del Arte, se hayan discriminado ciertas inclinaciones del arte para que prevalezca una tendencia hegemónica que nos permita entender de un modo más sencillo una época en concreto.

Vista de la sala. Aparecen en la imagen obra de Cachito Vallés, Raquel Serrano, Víctor González, Laura Vinós, Agus Díaz Vázquez, Rubén Guerrero, Sofía González, Seleka, Mariajosé Gallardo, Amaya Suberviola, Narowe y María Medem.

¿Se acuerda de lo ocurrido con la pintura negra de Goya Perro semihundido? Muchos relatos hablaban de la mirada al vacío del perro, del propio vacío, de la metafísica que entrañaba dicha mirada, etc. Gracias a la aparición de unas fotografías tomadas por el francés Jean Laurent en 1874, descubrimos que originalmente no había tanto vacío, que el perro realmente estaba mirando a dos pajaritos que sobrevolaban la escena. Todos aquellos relatos teóricos, filosóficos y metafísicos cayeron al instante.

 

Fíjese, esto ocurrió con una obra de 1819 (relativamente cercana a nuestros tiempos), ¿cuántos relatos erróneos se estarán dando por legítimos mediante los cuales estructuramos dicha evolución del arte a través de los tiempos? Con esto no quiero invalidar la Historia del Arte ni muchísimo menos (¿qué sería de nosotrxs sin Vasari o Gombrich?), simplemente creo que es importante ser conscientes de las limitaciones que tiene la Historia del Arte per se a la hora de acercarnos al arte histórico.

 

Ahora, ¿cómo podemos acercarnos al arte actual? Es paradójico, pero no podemos acercarnos al arte actual porque, queramos o no, ya estamos cerca de él. Y no, no hablo de nosotrxs como sujetos del arte actual (artistas, críticxs, comisarixs, coleccionistas, galeristas, público habitual de exposiciones, etc.), hablo de todxs nosotrxs, de la sociedad actual.

 

Le pongo un ejemplo: su vecina la del cuarto, por mucho que tenga una reproducción de la Virgen de la Servilleta de Murillo sobre el cabecero de su cama, objetivamente está más cerca de la obra de cualquiera de lxs artistas que participan en esta exposición que de la obra de Murillo. Sí, su vecina, que si le hablas de Gordillo va a pensar en Rafael (histórico jugador del Betis) y no en Luis, aunque no lo crea, está cerca del arte actual, pues comparte el mismo contexto (político, económico, social, histórico, etc.) del que este surge. (Espero que Santiago Bedoya, codirector de DiGallery y sevillista, me disculpe por esta referencia verdiblanca).

 

 Puede parecer que esa cercanía podría facilitar su relato, sin embargo, el arte actual, como parte del presente, siempre es caótico y puede entrañar una serie de problemáticas propias. Entre esas problemáticas me gustaría destacar tres.

 

La primera problemática es que el relato del arte actual, a diferencia del arte histórico, requiere la presencia en este. En el arte actual no podemos recurrir a un archivo inmenso con variedad de autorxs de diferentes épocas, con diferentes perspectivas, que nos permitan generar un relato. Estar presente en el arte actual es condición indispensable para su relato.

Vista de la sala. Aparecen en la imagen obra de Concha Ybarra, Carlos Martínez, Pepe Domínguez y SrGer.

La segunda problemática es que, precisamente por esa falta de perspectiva y con la intención de asentar el relato sobre un cimiento que lo justifique, en los relatos del arte actual se suele forzar un excesivo uso de referencias al arte histórico (lo vemos en los statement de lxs artistas, las cartelas de los museos, las hojas de sala de las exposiciones, textos curatoriales, etc). ¿Es necesario justificar continuamente el arte actual a través del arte histórico?

 

Y por último, si en el arte histórico lxs responsables de su relato son lxs historiadorxs del arte, ¿quiénes son lxs responsables del relato del arte actual? Esto nos lleva a una pregunta un tanto compleja que aún no hemos abordado y es, ¿qué puede considerarse un relato?

 

Si vamos a lo evidente, a un relato escrito, podríamos hablar de lxs propixs historiadorxs del arte, ya que cuentan con las herramientas para hacerlo. Pero, ¿el relato del arte actual requiere de las mismas herramientas que el del arte histórico? Por otro lado tenemos lxs críticxs. Siempre me ha generado cierta controversia el término de crítico o crítica, ya que no creo que se amolde a lo que hacen (hacemos) la mayoría de críticxs a día de hoy, que más que crítica, sería crónica. Es decir, más que emitir un juicio (por muy argumentado que esté), lo que vemos en los textos escritos por críticxs es la narración de lo que sucede en el arte actual.

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Pero hay otro tipo de relatos, relatos no escritos y más fundamentales que estos. Estos relatos se dan tanto en el arte histórico como en el actual. Es decir, cuando los Medici deciden ser mecenas de Da Vinci, Botticelli, Verrocchio o Miguel Ángel, estaban generando un relato (¡y qué relato!). Cuando Felipe II decide adquirir El jardín de las delicias o cuando Felipe IV decide que Velázquez sea pintor de la corte, también estaban generando un relato sobre el arte de sus tiempos. Es decir, que de entre todxs lxs artistas de aquella época, ellos eligieran a estos artistas en concreto, acabó suponiendo un relato esclarecedor de la Historia del Arte (sobre el que surgen otros muchos relatos escritos).

 

Del mismo modo, cuando el director de un museo o de una galería de arte contemporáneo deciden cuál será su programación expositiva, o cuando un comisario decide lxs artistas que estarán presentes en una exposición colectiva, o cuando una coleccionista incorpora una obra a su colección, están generando también un relato muy concreto del arte actual.

 

Por lo que, cuando DiGallery decide conmemorar su quinto aniversario con una exposición en la que, además de sus artistas representadxs, participan otrxs muchxs (la mayoría) que no trabajan directamente con DiGallery, están llevando a cabo un relato más que interesante.

 

Creo que de un modo más natural o intuitivo que racional, Juan Cruz (director y fundador) en un primer momento y Santiago Bedoya y Rocío Márquez (codirectores) posteriormente, han convertido DiGallery no sólo en un espacio donde exponer y vender obras de arte y promocionar a sus artistas, sino también en un espacio donde sucede el arte actual de Sevilla.

 

Esto es importante, porque implica entender “la simultaneidad de lo radicalmente dispar” que hay dentro del arte actual sevillano, entender la galería como un espacio donde confluyan, no sólo a nivel profesional, los diferentes agentes que conforman el arte actual sevillano, entender la galería como un espacio donde suceda el arte actual.

 

Ese suceder del arte actual es mucho más complejo que una programación expositiva (y eso que ya es complejo) donde encontramos a artistas que acaban de salir de la facultad y artistas con más de cuarenta años de trayectoria, obra pictórica, digital, escultura o instalación. Es entender que el arte no sucede sólo en el estudio de lxs artistas, en el escritorio del crítico de arte o de la comisaria o en el despacho de un museo, sino que sucede a través de las relaciones personales, sociales y profesionales. Por lo que generar un espacio donde, por ejemplo, en una inauguración acaben hablando de forma distendida el galerista, la crítica de un medio, un coleccionista, varixs artistas (de la galería y de otras galerías) y su vecina la del cuarto (la de la copia de Murillo), es generar un espacio del que emerge un relato extraordinario del arte actual sevillano.

 

La simultaneidad de lo radicalmente dispar es el relato, no sólo de cinco años de trayectoria de la galería, sino el reflejo de cómo en esos cinco años DiGallery ha sido un espacio permeable a diferentes tipos de trayectorias, estilos y disciplinas. En estos cinco años han crecido junto a sus artistas, han participado en trece ferias y en numerosos proyectos paralelos a la propia programación expositiva de la galería. Pero sobre todo, en estos cinco años DiGallery ha sido un espacio donde ha sucedido el arte, un espacio en el que estar presente. Esperemos que siga siendo así durante muchos años.

 

Guillermo Amaya Brenes

Artistas: Alejandro Ginés, Agus Díaz Vázquez, Amaya Suberviola, Cachito Vallés, Carlos Martínez, Ignacio Estudillo, Dionisio González, Julia Santa Olalla, Irene Molina, Laura Vinós, Luis Gordillo, Manuel M. Romero, Miguel Gómez Losada, María Medem, María José Gallardo, Concha Ybarra, Miguel Scheroff, Pablo Merchante, Pablo Padilla, Paco Pérez Valencia, Juan Narowé, Rosa Aguilar, Pepe Domínguez, Rubén Guerrero, Zesar Bahamonte, Rubén, Martín de Lucas, Raquel Serrano, Santiago Ydáñez, Silvia Cosío, Seleka, Victor González, Pérez, Sofía González, Rger y Miguel Ángel Cardenal

Parte de esta actividad ha sido subvencionada gracias los fondos de la subvención para el apoyo a la programación de galerias de arte del Exmo. Ayuntamiento de Sevilla y del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla 2024.

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