LUNA NULA, NIEVE VIENE

AMAYA SUBERVIOLA

12.04 - 07.07.2025

Vista de la sala

Normalmente me detengo en las características particulares de las imágenes y sus contenedores propios de mi generación, planteando una traducción a pintura. Hasta ahora he estudiado, con el fin de traducirlas a un lenguaje pictórico, características que acontecen en soportes como pantallas de dispositivos digitales o contenedores publicitarios. Esto me ha permitido crear obras desde sus particularidades, profundizando por ejemplo, en la superposición de motivos, la falta de información o la reproducción seriada. En conclusión, mi forma de trabajo se basa en fijarme en cómo un elemento o sistema que representa una imagen repercute en dicha imagen debido a su mecanismo, lógica e incluso limitaciones. De esa repercusión es de donde extraigo las propiedades que inician o articulan mi obra.

 

Las últimas piezas realizadas surgen de una línea de trabajo donde deseo profundizar en diferentes herramientas de edición digital de imagen, para conseguir establecer símiles analógicos que me permitan usarlos como estrategias de creación y composición. Parto del uso de herramientas como selección y rotación o copiar y pegar de programas como Photoshop, para conseguir manipular y reorganizar una imagen sin ningún material añadido, solamente variando su estructura y la localización de sus partes. Entendiendo la imagen como material para construir otras imágenes, fijándome en cómo es y no en lo que es.

 

 

Vista de la sala

La muestra reúne varias obras realizadas sobre papel, que han sido pintadas y posteriormente alteradas realizando cortes con diferentes formas a través de una cortadora láser, para después intercambiar las secciones elegidas y así modificar la estructura inicial de cada pieza. Con este método busco que aparezcan formas que no hubiera imaginado, genero un enunciado que me lleve a resultados no conocidos y que son capaces de sorprenderme. Estoy más interesada en generar pautas que destinos concretos, prefiero pensar en consecuencias que en objetivos. Con estas obras sobre papel también conviven otros óleos en tela que nacen desde los papeles de ceras. El planteamiento es similar, comienzo a pintar una escena que posteriormente va siendo alterada tomando diferentes decisiones, a veces ‘‘buenas’’ y a veces ‘‘malas’’, pero que en cualquier caso forman parte de una cadena de acontecimientos e intervenciones que van construyendo el cuadro. Me gusta pensar que un cúmulo de errores pueden generar un acierto y desgraciadamente, por el contrario, también ocurre que un cúmulo de aciertos pueden proporcionar un error. También pasa, que un error puede ser agraciado o maldecido, no tiene la misma gracia una mancha de aceite en el delantal de quien cocina que en la camisa del que come. Un acierto evidente también puede pecar de resabido. Para mi pintar significa cada vez más no poner cada cosa en su lugar, sino hacer parecer que cada cosa está en su sitio sin que lo esté. Echar sal al café y decir ‘‘qué dulce está’’. Cuanto más desubicado esté un elemento, y menos se note a primera vista, más me satisface.

 

De casa de mis padres, recuerdo un objeto con especial interés. No es nada valioso, ni con una carga simbólica familiar ni nada parecido. Mi padre es agricultor, trabaja la viña, y cuando era la época, había gomas para atar la vid en la mesa de la entrada de casa. Las llevaba encima y al volver del campo las dejaba ahí como cuando te vacías las monedas de los bolsillos. Es una goma negra circular que tiene una especie de gancho a modo de ancla, para rodear y atar el sarmiento al alambre de la viña. Mi madre las usaba para todo, te las podías encontrar cerrando un paquete de arroz, colgando espátulas en la cocina, sujetando una estantería en el baño o a modo llavero. También tengo una amiga con una habilidad similar, encuentra elementos que sirven para colgar cosas en cualquier lugar y superficie. Creo que ella nunca comprará un colgador o un perchero. Hay algo en este ingenio que me resulta muy atrayente, el comprender las cosas por sus cualidades y no por su nombre, la capacidad de reinterpretar, de ver lo que puede ser y no lo que es. Como título de esta exposición he elegido: <<Luna nula, nieve viene.>>, jugando con reformular palabras cambiando el orden de sus letras. He reorganizado palabras que ya existen, pero en realidad me encantaría poder hacer que (por ejemplo) ‘‘luna’’ y ‘‘lanu’’ tuvieran el mismo peso, la misma sensación de sentido. Aunque uno exista y otro no. Cuando pinto y después manipulo la imagen esa es la búsqueda, ir detrás de un sentido que a priori no existe, hallar un orden que siga una lógica interna dentro del cuadro. Construir un espacio con otras reglas y dejarlas intuir para que aunque no sean legibles y comprensibles, hagan parecer que todo funciona.

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