Miguel Ángel Cardenal

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Para comprender el mundo en el que vivimos, hay que comprender aquello que nos rodea. El artista entiende el espacio como una acción y relación del individuo con el lugar y los objetos de nuestro tiempo y es, en esta acción y relación, en la que encontramos el mayor cambio.

Con la revolución digital a partir de los años 70, lo mecánico, eléctrico y analógico fue desplazado por el mundo digital; el mundo del dato que desembocaría en el mundo virtual. Es aquí donde reside el concepto de la exposición Generación Y. La pérdida y el desgaste de la manualidad o lo analógico, del conocimiento empírico individual y la necesidad de buscar la veracidad de las cosas por uno mismo más allá del conformismo que encontramos en las miles de imágenes en nuestros dispositivos y que consideramos cada vez más, que lo real está en un mundo tras la pantalla.

La obra del artista, desarrollada con lenguajes que van desde la abstracción hasta la figuración, pretende poner en duda nuestra capacidad de comprender lo real y lo ficticio. Su estética, condicionada por el mundo digital y virtual, nos acerca a su inventario de objetos que parecen salidos de la pantalla de un ordenador. Su trabajo está relacionado con las nuevas estéticas actuales del producto siendo autores como el filósofo Byung – Chul Han, muy relevantes para su trabajo y la estética de los mismos. Es así, como pretende encontrar un método de conexión entre los espectadores, todos ellos, vinculados por temporalidad y condicionantes que actualmente interfieren en nuestra experiencia. El artista, muy cercano a la naturaleza y al paisaje por su lugar de procedencia, hace un planteamiento del propio paisaje desde una nueva perspectiva, en la que muestra un periodo de cambio, desde el contacto con el objeto material, hasta la sensación y la desaparición de las relaciones físicas.

La muestra presenta un conjunto de piezas en las que dialogan lo manual y el mundo virtual. Un contraste que muestra confusión, velocidad de cambio y la transformación de nuestros días, y que en consecuencia, afectan a nuestra necesidad de ir remodelando nuestro entendimiento a merced de la velocidad con la que cambian los objetos y el espacio en la actualidad.