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Raquel Serrano

20/2/20 – 22/3/20

Raquel Serrano

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Los dibujos que Raquel Serrano presenta en su primera exposición individual en Di Gallery son tranquilos, suaves. En ellos hay calidez, la ternura del cuidado de la imagen. Pero esto solo son los gestos con los que sugiere otras cosas que evita nombrar directamente. Detrás se oculta un problema, camuflado tras las nebulosas de grafito.

Nos muestra dibujos de imágenes digitales impresas sobre papel. Representaciones de representaciones. No es una tautología, sino una atención a los detalles del encuentro entre una imagen digital y la materialidad del soporte en papel cuando se imprimen. Por eso, aunque sean dibujos -delicados y precisos-, no evocan una tradición de imágenes clásicas, sino un universo tecnológico de imágenes pobres que inundan nuestras exomemorias digitales.

Estas piezas no representan la realidad, sino que la recuerdan. Recuerdan fotografías, representaciones. Proyectan el inconsciente visual de nuestra contemporaneidad, de un imaginario atravesado por tecnologías digitales de producción y reproducción.

La actitud de Serrano ante las imágenes que retrata las dignifica. Creo que es mejor llamarlas retratos antes que naturalezas muertas, aunque lo representado sean objetos. Los nombres de las piezas -Horizontal, i, Mota cabeza II y Mota, Parque…- son nombres propios de lo retratado, de piezas de papel con impresiones en blanco y negro, a veces con rasgaduras, pruebas de impresión. Pero al retratarlos se rescatan del anonimato, señalando la materialidad de la basura visual. En la suavidad aterciopelada del grafito hay una estética de lo pobre, de lo olvidado, que las resignifica más allá del código iconográfico de las imágenes, más allá de la historia que tengan detrás -historias anodinas casi siempre, como la inmensa mayoría de las imágenes que producimos-, dándoles una vida propia como testimonios de una particular cosmotécnica.

Algunos títulos hacen referencia a objetos concretos, cotidianos; otros a objetos digitales, los nombres de carpetas o archivos. Ambos se presentan al mismo nivel, detalles de una misma continuidad. Todos estos objetos son parte del mismo horizonte mediático en el que vivimos que, como una cinta de Moebius, cruza planos físicos y virtuales fuera del dualismo.

En la exposición, solamente una de las pieza parece que nos deja reconocer el origen de la imagen. Una ventana vertical, oscura. La obra se titula “i”. Es un título azaroso, el nombre casual de un archivo fotográfico. En una conversación por Skype, la artista me comenta que cada vez que veía “i.jpg” en la lista de documentos reconocía la imagen, la “veía” proyectada en su mente. Memoria de esa pared con la hendidura de la ventana, de esos píxeles brillando en la pantalla, marcando el borde del muro. Desde el otro lado de la conversación por Skype, comento que esa “i”, sumada a la forma vertical de la ventana -estrecha, que solo permite que una persona se asome-, me hace pensar en un “yo”, una primera persona (“I” en inglés), una forma vertical, distante, donde podemos identificar un cuerpo, abstracto, erguido, observando. Bromeo. “Es un autorretrato, ¿no?”. Risas a cada lado de la pantalla. La pantalla del portátil, con su teclado, con su cámara individual. Herramientas diseñadas para un cuerpo individual, para un uso individual, un único par de ojos conectados a un único cerebro.

En su libro Cómo sucedieron las cosas. Representar masacres y genocidios, José Emilio Burucúa y Nicolás Kwiatkowski se apoyan en el trabajo de Aby Warburg para identificar 3 tipos clásicos (pathosformel) para representar sucesos brutales, e identifican uno nuevo, surgido tras los crímenes de lesa humanidad del s.XX. Este último evita la imagen de cuerpos como víctimas o en actitud violenta, opta por el listado de nombres, caras o siluetas. Listados que podemos ver en tantos memoriales, y aparecen como un intento de representar los rasgos más brutales de la modernidad. Los listados son datos, información.

Los dibujos de Raquel también representan información, pero apuntan a su presencia física, el encuentro entre imágenes digitales y un mundo material, donde la muesca del papel, sus barbas o el trazo del lápiz toman protagonismo. Hablan de un fuerte temblor, un seísmo del imaginario. Evitando una mirada frontal, sin caer en evidencias, nos hacen recordar los archivos que dominan nuestro inconsciente visual. No necesita incluir pantallas, smartphones, aparatos de reproducción, cámaras fotográficas y demás parafernalia tecnológica para evocarlo y para situarnos frente a la hipermediatización de la experiencia.

Esta exposición toma el pulso a nuestra relación con la tecnología, con el universo visual en permanente mutación en el que estamos. No podemos reconocer figuras o gestos humanos en los trabajos de Serrano. La autora utiliza un trazo fino para intentar desaparecer ella también. En ese desvanecerse hay un nuevo tropo que surge, paradigmático de nuestro presente, que -como los listados en los que Burucoá y Kwiatkowski ven aparecer una nueva tipología de representación de lo irrepresentable- nos sirve para entender las mutaciones de lo posthumano, del distanciamiento con una experiencia estética “natural” u “orgánica” del mundo.

 

Jose Iglesias Gª Arenal

Comisariado por Juan Cruz.

OBRAS

Prueba de impresión

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
45,5 x 20
2019.

Mota cabeza II y Mota

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
31,5 x 22 cm cada uno.
2019.

SOLD 

Parque

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
20,7 x 31,5 cm.
2019.

SOLD 

Valla

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
28 x 21 cm.
2019.

Horizontal

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
17 x 29,7 cm.
2020

i

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
23 x 18 cm.
2019.

 

SOLD 

Repisa

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
25 x 21 cm.
2019.

 

SOLD 

Ventana

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
27 x 21 cm
2019.

SOLD 

 “I”, “ll”, “lll”, “lV”, “V”, “Vl”, “Vll”, “Vlll”, “lX”,

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
27 x 21 cm.
2019.

Una y dos

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
90,5 x 77,7 cm cada uno.
2020.

Formato I

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
100 x 69 cm.
2020.

Formato II

Grafito sobre papel Canson Edition 250 gr
20 x 13,8 cm.
2020.

 

SOLD 

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