Mi padre me señalaba las umbrías del camino: “Fíjate en la humedad, en el silencio extraño que hay donde nunca da el sol”. La umbría, aquí en el sur, es un espacio escénico, una ficción invernal para la representación de la vida en su frecuencia más baja. En los límites de la solana, nieblas, brumas y umbrías conforman una cortina, translúcida, donde la imaginación deja pasar nuevas formas, nuevos destinos.
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies.